No quiero un lecho de pétalos de rosas,
ni suave brisa acariciando todo mi cuerpo
desnudo, tampoco un suave trinar de pájaros,
no quiero un apacible ni tranquilo mar
sin oleaje, ni noche azul estrellada.,
quiero las espinas de tus manos,
desgarrándome la piel, en nuestro
lecho con sabanas azules, como un
océano revuelto de satín, quiero el
huracán impetuoso de tus deseos,
tus pasiones y de tus besos
desprendiendo ese calor cuan volcán,
saliendo su lava, después de una
erupción, de placer y deseo,
de filosos marfiles hundidos en mi
carne, quiero el rugir de la bestia en
cada espasmo que mi cuerpo sienta,
cabalgando en mi grupa, quiero la
embestida de la ola descontrolada
cuan tsunami fuese a chocar contra el
acantilado, quiero el volcán encendido en
mi sexo azotándome con tu respiro jadeante
y amordazándome con tus caricias,
por todo mi cuerpo sudoroso y desnudo,
venda mis ojos con tus miles de besos,
llenos de pasión, átame a tu poste firme,
que quiero que se adentre dentro de mi
ser sin piedad... sin rendición...
envuelto en pecado, piérdeme en la
oscuridad profunda de la noche sin luna,
ni estrellas, tu y yo en pleno eclipse y
llévame hasta llegar al más bello y
maravilloso orgasmo celestial,
y condenados al cadalso, o al infierno,
brutalmente te quiero mi bello y
preciado amor y posesos y llenos
de esta maravillosa lujuria demencial
de amor y gobernándonos,
haz de mi incontrolable tsunami una
fuente inagotable de deseo y pasión,
para siempre poderte decir te amo y
te amaré siempre